Las maravillas de la lana
El hilo de lana es probablemente la fibra más popular, y no es de extrañar que la gente adore trabajar con ella. La lana es elástica y fácil de usar, produciendo objetos de punto que son cálidos, duraderos y de larga duración.
¿Qué es la lana?
Técnicamente, el término lana se puede usar para referirse a cualquier fibra animal, pero se usa más comúnmente para referirse al hilado hilado del pelaje de las ovejas. Otras lanas pueden algunas de alpaca, cabras, llamas o conejos.
La lana de oveja es especial porque las escamas se superponen y la piel es muy rizada. Ambas características conducen a la increíble capacidad de fieltro de la lana.
Los rizos en la fibra también hacen que la lana sea voluminosa. La fibra está llena de aire, lo que la hace bastante cálida en invierno, pero también puede usarse para mantener el calor durante el verano. Las lanas finas tienen más rizos, mientras que las lanas gruesas tienen menos rizos.
La lana ha sido utilizada por los humanos durante siglos y sigue siendo un hilo de tejer increíblemente popular debido a su naturalidad, la facilidad para trabajar con ella y la gran variedad de colores y texturas disponibles.
Tejer con lana
La lana es una gran fibra incluso para los tejedores principiantes, y muchas personas recomiendan que los nuevos tejedores comiencen tejiendo con lana. Eso es porque la lana es muy indulgente. Es naturalmente elástico, lo que hace que sea más fácil mantener una tensión pareja.
La lana también es bastante resistente, por lo que cuando estiras algo que se ha tejido con lana, tiende a volver a su posición original.
Esto hace que la lana sea una gran opción para proyectos que necesitan estirarse para ajustarse, como sombreros, calientapiés, guantes sin dedos y artículos similares.
El gran negativo: sensibilidad
La lana ciertamente suena bien, y lo es, pero hay un problema potencial que impide que algunos tejedores renuncien a todas las demás fibras para siempre: alergias a la lana o sensibilidades.
Las alergias a la lana son bastante raras, pero muchas personas tienen reacciones al polvo y la caspa que pueden acumularse en la lana, o simplemente le producen comezón. Antes de tejer para otra persona, asegúrese de saber si puede tolerar la lana.
Si no hay sensibilidades, la lana es una gran opción para personas de todas las edades, incluidos los bebés. La transpirabilidad de la lana puede ser útil para no sobrecalentar a los pequeños. Solo piense en usar una lana súper lavada para proyectos de bebés para que pueda lavarse a máquina.
Cuidando la lana
La lana es sensible a la agitación y al agua caliente, lo que provoca que las escamas superpuestas de la fibra se adhieran entre sí, lo que llamamos encogimiento, o, si lo hacemos a propósito, fieltro.
Para evitar esto, la lana debe lavarse en agua tibia con poca agitación. La mayoría de las personas prefieren lavar los artículos de lana a mano para evitar cualquier posibilidad de enmohecimiento cuando no pueden ver lo que sucede dentro de la lavadora.
Woolmark ofrece muchos consejos excelentes para cuidar los artículos de lana. Estos consejos pertenecen especialmente a los artículos de lana comprados, pero aquí hay una lista abreviada de artículos hechos a mano:
- Consulte la etiqueta del hilo para obtener sugerencias sobre cómo cuidar su hilo en particular.
- Trate las manchas tan pronto como sea posible con agua fría y agua con gas. Limpie con un trapo en lugar de toallas de papel. Busque el consejo de un tintorero para las manchas difíciles.
- Permita que las prendas de lana que han recogido olores se ventilen en la cama.
- Lave los artículos a mano, utilizando un producto diseñado para ser utilizado con lana, de acuerdo con las instrucciones en la etiqueta del hilo. Si no tiene instrucciones, lávelas con agua tibia y evite agitarlas, exprimirlas o hacerlas girar.
- Enjuague bien con agua tibia.
- Coloque el artículo en una toalla y ruede suavemente para sacar el exceso de agua.
- Deje el elemento plano para que se seque, fuera de la luz solar directa y lejos del calor.
- Almacene artículos de lana doblados en un armario o cofre de cedro. No cuelgue artículos de lana. Si lo almacena a largo plazo, considere la posibilidad de limpiarlo en seco primero.